Han sido numerosas las veces que hemos salido a pasear por el monte este verano, no solo por lo relativamente cerca que lo tenemos, sino por cómo nos sentimos cuando vamos. Si estamos en una época donde estamos estresados, viviendo rápido, de muchos conflictos... no sé.. perdidos, no hay nada como un paseo por la naturaleza para volver a respirar, maravillarnos con el silencio, el olor, los colores.. así encontramos nuestro centro como personas individuales y como familia, cuando salimos de la excursión, ya los ánimos son otros, hablamos de viajes, de comidas ricas, cosas alegres...etc
El paseo ni siquiera tiene que ser muy largo, a veces vamos solos, otras con amigos... La peque aún va en portabebés y aprovecha para echarse una siesta, la mayor camina con nosotros y con su voz alegre y cantarina nos enseña como ve ella las cosas, recoge piñas, piedras, abrazamos algun árbol, miramos algún bichillo... es una autentica delicia.
Es cierto que el bosque de Laurisilva que tenemos cerca está sacado de un cuento de hadas, siempre parece que en el siguiente claro te vas a encontrar ser fantástico, ya sea un hada, duende, gnomo... o como esta vez de la foto que encontramos una serpiente mágica, es sin duda un bosque encantado.
Para quien no lo conozca recomiendo el libro Educar en verde (ideas para acercar a los niños a la naturaleza), hoy en día muy necesario... por que todos tenemos mucha falta de naturaleza...
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